Aunque nuestros antepasados conocían el valor alimenticio de la quinua, hace relativamente poco que comenzó a hablarse de ella como un “superalimento” por tener un alto valor nutricional y contenido de proteínas y aminoácidos esenciales.
Su nombre, que viene de la lengua quechua, significa “grano madre” y es conocido desde tiempos inmemoriales en el secano costero de la Región de O’Higgins. “Acá no se conocía el arroz, la base de la cocina era la quinua y el mote de trigo”, nos cuenta Lautaro Díaz, presidente de la cooperativa campesina Cooproquinua, con sede en la comuna de Paredones.
Cooproquinua está integrada por pequeños agricultores de las comunas de Pichilemu, Paredones, Pumanque y Marchigüe que se unieron para lograr mejores condiciones de procesado y comercialización de su producción. Actualmente cuentan con un servicio de cosecha, una planta procesadora de pelado en seco y una envasadora de productos. “Todos estos pasos cuentan con resolución sanitaria”, nos comenta Lautaro Díaz.
Licor y pastas de quinua
Gracias a su organización, los pequeños productores han obtenido apoyo de Indap y el gobierno regional en el desarrollo de proyectos que los llevaron a ser proveedores de la Junaeb y otros compradores y, en la actualidad, trabajan en nuevos desarrollos en base a la quinua. De la mano de Quinoa Lab de la Universidad Católica pronto pondrán en marcha la maquinaria llegada desde Italia para una línea de pastas y otra de licores. “La idea es agregarle valor a nuestra producción”, señala Díaz.
Actualmente la quínoa de la cooperativa se comercializa en el mercado minorista y en ferias campesinas. También puede obtenerse directamente en la planta ubicada en la Ruta I-72, a un kilómetro de Paredones, camino a Bucalemu.
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