No hay mucha señalización en el camino, pero a Panilongo se llega por su frutilla. Justo donde termina el pavimento de la Ruta I-540 basta con mirar los suaves lomajes y descubrir
como se van cubriendo de hileras de verde salpicadas con el rojo de los frutos. Hay que tomar la variante y dejarse llevar por el perfume frutal.
Así nos encontramos con Ana y Sergio quienes, en el predio Santa Julia, se esmeran en la tarea diaria de cuidar la huerta. “Esta se va a una cadena de supermercados”, nos cuentan.
Han pasado 10 años desde que un grupo de mujeres de Panilongo obtuvo financiamiento para su proyecto del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis). “La tierra es buena y si se trabaja bien también entrega buenos frutos”, afirma Ana Marín.
Hoy varios de los predios que forman el villorrio lucen sendos letreros que señalan la “Ruta de la Frutilla”, otro proyecto que los benefició de la mano de la Universidad de Chile. “Acá los visitantes pueden llegar a conocer cómo se trabaja la frutilla y cosecharla con sus propias manos si quieren”, explican.
Aunque el proyecto terminó en 2020, dicen que la experiencia se mantiene. “Nos gusta compartir la belleza y tranquilidad que tenemos en el campo. Nos sentimos privilegiados de vivir y obtener nuestro sustento de esta manera”, confiesan.
Desde Paredones
Ruta I-540
(12 Kilómetros)
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